Grabando en casa, tu home studio

jomestudi

Llega a tus manos una interesante lectura. Se trata de algo que todos queremos tener y que conseguirlo, cuesta bastante más. No sólo económicamente, también en los términos puramente técnicos.

Nuestras grabaciones domésticas al principio parecen la cosa más sencilla. Los problemas aparecen cuando no conseguimos ése resultado que buscamos, principalmente porque desconocemos cómo hacer. Si amigos, grabar es algo más que pulsar ése botón rojo con la leyenda REC.

¿Preparados? En el Planeta de los DJs, vamos en serio. Si quieres ir a más, éste es tu sitio.

Te preguntarás en cuanto empieces a leer porqué tenemos que saber lo que aquí se explica: es sencillo. La creación es un arte finito toda vez que infinito. Tener una visión global del conjunto ayudará enormemente a que todas tus ideas puedan fluir no sólo con naturalidad, sinó con absoluta espacialidad. En un entorno de tres dimensiones, conocer donde deben estar todos y cada uno de los instrumentos te dara la idea de cómo suena tu música, desde un simple edit a un remix, pasando por grabar voces o instrumentos. El saber no ocupa lugar y ésta información es algo que cómo DJ, a menos que tengas la posibilidad de conocer a un ingeniero de sonido, difícilmente te llegará. Plantéate cómo Martin Garrix, Calvin Harris y otros DJs consiguen ése sonido tan particular en sus creaciones y remezclas… llegarás a la inevitable conclusión de que necesitan aprender, tener la información y saber que hacer con ella o tener a tu lado a los mejores profesionales.

HOME STUDIO

Hoy vamos a hablar sobre la posibilidad de grabar una maqueta en nuestra casa y los aspectos a tener en cuenta.

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Lo que se espera de un demo es que capte la esencia de la música y, desde luego, que suene lo mejor posible según las condiciones con las que se cuenta. Para eso, es importante tener clara la cadena electroacústica, es decir, aquello que recorre desde los instrumentos hasta las cajas acústicas, pasando por el espacio físico en que se grabará y mezclará. Iremos por partes, enumerando cada uno de los elementos de esta cadena.

LA SALA DE GRABACIÓN

Al escoger la sala de grabación se debe tener en cuenta el tamaño, la forma y las superficies de las paredes, suelos y muebles. Generalmente, en una casa –que es donde se realizan la mayoría de las grabaciones caseras-, el living/comedor viene a ser la sala de grabación por ser la más grande, cómoda y con más posibilidades de adecuar acústicamente. Se puede hacer más viva o reverberante sacando alfombras, corriendo cortinas o eliminando sillones. También es posible secarla agregando estos elementos y en general muebles con tela que absorba el sonido.

Es bueno tener claro qué es lo que se quiere y para eso basta con tocar el instrumento en el espacio y analizar cómo suena. Por ejemplo, en el caso de una batería es importante saber si deseas tener aire o que sólo se escuche el golpe seco. La posición del instrumento dentro de la sala también nos dará distintos resultados si está más cerca de las paredes o, por el contrario, al centro de la habitación. Hay quienes graban en el baño, por tener reverberación natural dado los materiales duros y reflectores con los que están recubiertos (azulejos, baldosas…) No lo recomiendo en absoluto.

LA SALA DE CONTROL

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Si disponemos de un living, probablemente, podremos utilizar un dormitorio o sala aparte donde instalar el sistema de grabación. Es preferible que esté lo más aislada de la sala de grabación para no mezclar los sonidos, del o los instrumentos, con el proveniente de las cajas acústicas. La posición de dichas cajas y del operador en la sala de control es crítica. Trata de separarlas lo más posible de paredes y rincones para evitar reflexiones indeseables y exceso de bajos. Deben estar frente a ti a 50 u 80 cms, separados entre sí por 1 metro aproximadamente y los tweeters enfocados y a la altura de los oídos. Sin importar el sistema de grabación que utilices, debes verificar que los cables estén en buen estado, sin ruido y que las señales tomen los caminos más cortos desde la fuente hasta el destino.

INSTRUMENTOS

Como primer eslabón de la cadena tenemos a los instrumentos, son los que en definitiva, producen el sonido. Desde este primer punto, debemos asegurar el mejor sonido posible. Tratemos de olvidar el dañino mito en la mezcla lo arreglamos. Cambiar parches viejos en una batería o cuerdas en una guitarra y bajo es lo ideal. Se recomienda que estén relativamente nuevos porque así encontrarás la calidad del material en sus óptimas condiciones. Por ejemplo, las cuerdas de una guitarra con todo su brillo. Lo relativamente se asocia a que tienden a desafinarse más rápido, por lo que hay que tener mucho ojo. La calibración de los instrumentos de cuerda es una buena opción para mantener la afinación. Siempre, al momento de grabar, hay que afinar parches y cuerdas

MICRÓFONOS

Ninguno de los eslabones de la cadena es más importante que otro, pero es bueno saber qué hace cada uno de ellos. Los micrófonos son los elementos que transforman las ondas sonoras en energía eléctrica y esta transformación debe ser fiel. Existen micrófonos de mejor calidad que otros y esto es debido a su método de transformar el movimiento de la membrana en corriente eléctrica. Los micrófonos de condensador tienen mejor respuesta de frecuencia que es la fidelidad con que hacen el trabajo. También son más caros. Los dinámicos son más duros pero también soportan mayores niveles como los que emiten una caja o un amplificador de guitarra. Al igual que los oídos, los micrófonos oyen todo lo que pasa a su alrededor con la diferencia que no discriminan sonidos como lo hace nuestro cerebro. Sí hay que considerar que todo micrófono posee un patrón polar que es la forma de captación que tiene. Están los direccionales (cardioides e hipercardioides) que captan más por delante, menos por los costados y rechazan más aún los sonidos provenientes desde atrás. Hay omnidireccionales, que captan por todas direcciones y, finalmente, los bidireccionales o figura de 8 que captan por ambos lados rechazando los sonidos laterales.

COLOCACIÓN DE LOS MICRÓFONOS

Si ya tenemos el instrumento a grabar en posición y nos dispondremos a grabar, hay que posicionar el micrófono en el lugar que nos permita captar el sonido deseado. La distancia, la dirección y el ángulo de incidencia son las variables a considerar. Por ejemplo, si vamos a grabar una batería y ésta suena bien en el lugar escogido, debemos
procurar reproducir ese sonido en nuestras cajas acústicas de la sala de control. Si tenemos 3 o 4 micrófonos en total colocaremos dos sobre la batería (over heads), uno en el bombo y otro en la caja.

Dependiendo del estilo musical, la distancia jugará un papel importante. Si es rock, necesitamos un bombo que marque bien y para esto es necesario meter el micrófono dentro del bombo. Para una caja llena hay que apuntar el micrófono hacia el centro del parche a una distancia cercana sin molestar al baterista.

Los over heads deben estar sobre los platos abarcando toda el área de la batería. Hay dos maneras tradicionales de colocarlos: una es como pares espaciados a más de un metro de distancia o con las cápsulas juntas, direccionados uno hacia cada lado en un ángulo de más o menos 60 grados. Esto del ángulo y la distancia es para evitar cancelaciones por desfases (que se cancelen ciertas frecuencias y literalmente desaparezcan). Verificar esto colocando los pan-pots de estos dos micrófonos al medio y después abrirlos, uno a la derecha y el otro a la izquierda. La altura es importante; si quieres más sonido de sala (reverberación natural) debes subirlos y al contrario, si quieres los platos más cercanos y definidos debes bajarlos. Lo anterior, dependerá de la calidad del sonido de la sala de grabación.

Si cuentas con más micrófonos, puedes poner uno en cada tom –o incluso dos- y uno a la bordona de la caja -por debajo- para tener más detalle de cada tambor. En ocasiones, para estilos como el jazz, basta con tres micrófonos que capten el ambiente, over heads y uno al frente a una altura de 70 cm.

Las guitarras eléctricas requieren, en general, de menos medios y espacio que las baterías para ser grabadas. Puedes utilizar uno o más micrófonos. Antes de grabar, hay que buscar el sonido en el amplificador, cosa que puede tomar su tiempo dada la cantidad de variables que posee una guitarra y un amplificador. Si vas a usar sólo un micrófono, hay que considerar la distancia, el ángulo y su ubicación dentro del área de la caja acústica. Para sonido filudo es necesario en el centro, de frente y a poca distancia de la caja acústica. Para guitarras con más peso, se debe colocar perpendicular al cono del altavoz y no de frente. Más micrófonos se pueden colocar detrás del amplificador y de frente, pero a una distancia considerable para evitar los desfases que comentamos cuando hablamos de los over heads. Con estos otros micrófonos captaremos el ambiente de sala.

Para instrumentos acústicos se debe considerar la distancia ya que, por ejemplo, las guitarras acústicas tienen caja de resonancia y brazo desde los cuales no se emite el mismo registro, timbre ni armónicos. Con los instrumentos de viento pasa lo mismo: clarinetes, oboes y flautas tienen más de una salida de aire y cada una de ellas, suena distinto. Hay ciertas convenciones para posicionar micrófonos, sin embargo, como en este punto no hay una receta, se recomienda experimentar en cada oportunidad, considerando que todos los casos son distintos.

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