Comienza un nuevo tutorial, una apuesta formativa en el Planeta de los DJs. Aquí le damos mucha importancia a que aprendas todo lo que rodea a la profesión en si. No se tratar de hacer un máster o salir de la web con una licenciatura, queremos, intentamos… tratamos de ayudar a mejorar, el conocimiento es poder y saber no está de más. Ya hay bastantes pseudodjs e ignorantes definitivos que se creen que ésto sólo es poner dos canciones a sonar, así que intentemos ir a mejor.
IMPORTANTE
En caso de que no tengas disposición para aprender, deja de leer. La cultura del todo hecho sin esfuerzo no crea mejores DJs, en todo caso, sólo hace productos que aparecen igual de rápido que desaparecen, no existen los atajos ni los caminos cortos.
Paso a paso, avanzando firme y seguro. Es exactamente a lo que te invitamos. En sonido, a pesar de que parece todo muy simple, en la realidad no lo es tanto. Quizás no quieres aprender técnicas ni leer, mucho menos digerir y depurar el conocimiento, simplemente quieres sonar cómo tal o cuál… te vamos a pinchar un globo: ellos no suenan así, lo hacen sonar así para ellos.
Muchos de nosotros lo único que usamos para crear música son dos altavoces iguales, uno a la derecha y otro a la izquierda. ¿Pero te has preguntado por qué? ¿Qué hay de malo con un solo altavoz? Es debido a nuestros oídos. Nuestros dos oídos oyen todo lo que está sucediendo a nuestro alrededor, y nuestro cerebro interpreta los resultados con notable precisión. Cuando estamos haciendo música — o produciendo esta para otros — estamos tratando de crear un escenario de sonido virtual con el ancho, profundidad y detalle, exactamente igual a como se escuchan en la realidad. Por eso para recrear lo que oímos con dos oídos, usamos dos altavoces, uno para cada oído. Está la posibilidad, por supuesto, de usar aún más altavoces. Las configuraciones de sonidos Surround usan muchos canales de audio, pero los principios que se aplican a dos pueden aplicarse por igual para más.
Hemos estado usando configuraciones estéreo durante tanto tiempo que las técnicas de producción se han adaptado. Ya no es viable «mezclar» una pista lanzando un sonido en el altavoz izquierdo y otro en el derecho, porque eso no es realmente lo que la filosofía de la estéreo abarca. En cambio, pistas modernas crean una sensación de espacio utilizando diferencias entre los dos, algunas sutiles y otras no tanto.
El estéreo primitivo ha evolucionado a lo largo de los años así como la demanda de espacio en los productores. ¿Te has asegurado de que cada elemento tiene su propio espacio en el campo estéreo? ¿Le has dado suficiente ancho a los elementos claves en la pista? ¿Has tomado elementos en mono y los has ampliado si es necesario? ¿Estás utilizando una reverb estéreo que se sumará a la realidad del instrumento? ¿Has automatizado el escenario de sonido cuando se añaden nuevos elementos? ¿Y has comprobado todo el asunto en mono para asegurarte de que ni uno solo de esos procesos ha hecho daño a tu mezcla? Ciertamente, una gran mezcla estéreo moderna requiere que tengamos verdaderas herramientas y técnicas de estéreo a nuestro alcance.
¿Cómo escuchamos en estéreo?
Muchas cosas pasan en el mundo, y depende de tu cerebro averiguar que está sucediendo ahí afuera. Mientras que tus ojos te pueden decir mucho, solo apuntan en una dirección y definitivamente no pueden ver en la oscuridad. Por suerte tenemos un par de orejas que los respaldan, ¿no?
Nuestros oídos, al igual que otros sentidos, monitorean la información recibida desde el ambiente y la pasan a nuestro cerebro, ayudando a que el cerebro se haga una figura de lo que está sucediendo a su alrededor. Una pieza crucial de información que nuestro sistema auditivo puede determinar es de que dirección proviene el sonido, y por consiguiente la ubicación del objeto que la produce. Y resulta que somos sorprendentemente buenos en la determinación de la ubicación de un sonido —pruebas de laboratorios sugieren esto— en las circunstancias adecuadas, podemos hacerlo correctamente dentro del rango de un grado. Al entender las señales que el cerebro utiliza para interpretar desde donde un sonido está viniendo, podemos dominar nuestra imagen musical estéreo y ser mejores productores.
Diferencias de niveles
La primera señal que nos ayuda a determinar la ubicación de un sonido es la diferencia de nivel entre los dos oídos. Si un sonido llega desde nuestro lado izquierdo, entrará a nuestro oído izquierdo sin problemas. En el momento que el mismo sonido ha viajado alrededor de la cabeza (un efecto conocido como difracción) a la oreja derecha, se perderá algo de energía, y el sonido en ese oído será más débil, debido a la distancia extra recorrida que causa como una “sombra” al otro oído al recorrer nuestra cabeza.
Este cambio de nivel es imitado por el paneo; cuando nosotros paneamos una señal hacia el lado izquierdo, la señal derecha se vuelve más débil.
Diferencias de tiempo
La otra señal que nuestro cerebro usa para determinar la ubicación de un sonido es la diferencia de sincronización entre los dos oídos. Sonidos desde objetos directamente en frente de nosotros llegarán a ambos oídos exactamente al mismo tiempo, pero el sonido de los objetos de nuestro lado izquierdo o derecho alcanzará el oído más cercano antes de llegar al otro. Aunque este retardo de tiempo puede ser algo que nosotros no observamos conscientemente, puede ser decodificado por nuestro cerebro llevando la información acerca desde donde está llegando el sonido.
Las diferencias de nivel, como resultado, son más importantes para la localización de los sonidos de frecuencias más altas, mientras que en las frecuencias más bajas, las diferencias de tiempo se hacen cargo como el principal método. En realidad, hay otras maneras en las que podemos identificar de donde proviene un sonido a partir de nuestro entorno, pero no son tan reproducibles en el contexto de la producción musical.
La primera es tan clara como la luz del día, nosotros podemos mover nuestras cabezas. Al girar la cabeza a la izquierda, derecha, arriba, abajo, podemos recopilar más información acerca de un sonido y encontrar el “centro” donde las diferencias de tiempo y de nivel son mínimas, esto es lo que nos ayuda a enfocar un sonido. Esto no encaja realmente en la forma en que escuchamos música, sin embargo, ya que emana de una fuente de conjuntos.
Segundo y más interesante, si nos fijamos en el oído de alguien, veremos que no hay forma directa que un sonido entre en el oído interno, sin rebotar en el oído en sí (el pabellón auricular) primero. Cuando el sonido rebota en las diversas muescas y surcos de la oreja, proporciona a nuestro cerebro con una «firma» sónica de ecos minúsculos que se han reflejado en él, y por lo tanto, la dirección del sonido que llevó a esa serie única de ecos.
Hasta aquí la primera parte de la ciencia del estéreo.